Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes solo necesitan saber a dónde van. José Ingenieros

lunes, mayo 21, 2007

Los 10 mandamientos de Sarkozy




“Mérito, orden y seguridad.”
Ese es el lema del nuevo presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, cuyo catecismo político contiene varias medidas que podrían provocar revueltas sociales como las de los dos últimos años.
Claro que si logra superar el estancamiento económico francés, que se refleja en un gradual deterioro de las condiciones de vida de sus compatriotas, sus medidas podrían convertirse en los nuevos mandamientos de la derecha europea.

Por lo pronto, Sarkozy está muy dulce: su flamante gabinete tuvo la apertura social y la sorpresa que había prometido: de sus 15 ministros, 7 son mujeres, y 3 de sus principales colaboradores provienen del socialismo, entre ellos el canciller, Bernard Kouchner, un personaje atípico y algo vanidoso que es uno de los fundadores de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras.
Esos nombramientos provocaron nuevos escozores en la oposición. “La presencia en el gobierno de estos tránsfugas es la recompensa a la falta de moral política”, dijo el secretario general del Partido Socialista, François Hollande, pareja de Ségolène Royal, la candidata derrotada en el reciente balotaje. Hollande decretó inmediatamente la expulsión de Kouchner.
Sarkozy también incorporó en su gabinete a dirigentes de la derecha, el centro y el asistencialismo católico, como Martin Hirsh, heredero del abate Pierre, quien fue nombrado al frente de la Lucha contra la Pobreza.
Pero la gran criatura del nuevo presidente es el Ministerio de la Inmigración, la Integración y la Identidad Nacional, donde colocó a su amigo Brice Hortefeux. Este superministerio absorbe funciones de otras reparticiones y se ocupará de temas muy sensibles, como visas, control fronterizo y expulsiones, así como de implementar los nuevos cupos para inmigrantes.
Ayer, hubo protestas de organizaciones de derechos humanos como Uni(e) y France Terre
d’Asile, que advirtieron contra la “xenofobia legal”.
El programa de gobierno de Sarkozy apunta a un control más férreo de la inmigración, a flexibilizar la legislación laboral, a reducir el peso de los sindicatos y del aparato estatal, a disminuir los impuestos y a, en general, crear un ambiente favorable a los negocios.
Los analistas están divididos sobre el impacto de ese programa. Algunos sostienen que el buen momento de la economía internacional favorece estas reformas, pero otros advierten que medidas solitarias que iban en esa línea, como la flexibilización laboral para los que recién entran al mercado de trabajo, provocaron grandes tumultos el año pasado. Es que los sindicatos, los estudiantes y los empleados públicos están muy entrenados en la defensa de los derechos adquiridos.
Sarkozy tuvo sus votos en otras canteras, en los trabajadores informales, los inquilinos, los 2 millones de desempleados y los 3 millones de jubilados que ganan el mínimo. Es la “mayoría silenciosa”, según Sarkozy. Pero, para poder implementar sus “mandamientos”, Sarkozy debe lograr una cómoda mayoría en las elecciones legislativas del 10 y el 17 de junio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente, si al menos a nuestro Presi se le cayera alguna idea.
Marcos