CANSANCIO (autor anónimo)

Había una cola tan larga para votar que todo el mundo estaba de malhumor.
A usted le parece, me dijo totalmente malhumorado el presidente de la mesa que me tocó, todo el día acá por sesenta pesos. Si por lo menos fueran doscientos pesos, pero sesenta, y el domingo perdido.
Todo el domingo perdido, dijo de malhumor un hombre que caminaba delante de mí con su señora por los pasillos de la universidad en la que votamos, cuando ya nos íbamos luego de las larguísimas colas.
Pensé en San Martín, si se habrá puesto de malhumor porque no tenía anteojos de sol para cruzar los Andes.
En Belgrano, si acaso habrá estado de malhumor al crear la bandera a orillas del Paraná, porque había mucho viento y lo despeinaba.
En los congresales de Tucumán, malhumorados porque para ir a declarar la Independencia tuvieron que viajar varios días en carretas sin aire acondicionado.
Pensé en Alberdi, quejándose de que se le cansaba la mano por escribir las Bases , y en Vélez Sársfield porque se le cansaba el brazo entero con lo del Código Civil, en Juana Manso de malhumor porque implicaba un esfuerzo luchar por la educación de los niños y los derechos de la mujer, en los hombres de mayo no concurriendo al Cabildo porque estaba anunciado lluvia.
Pensé en los votantes de malhumor y en el malhumor de mi presidente de mesa, y en los que no aceptaron estar en las mesas por no perderse el domingo.
Pensé en que nunca terminamos de creer que somos los ciudadanos los que hacemos la historia, la patria, y que somos necesarios, imprescindibles.
Pensé en los años en los que no pudimos votar, y en los muertos por la libertad.
Y yo también me fui de malhumor. Da que pensar no, cuantas veces el mal humor arrinuo a este pais.Había una cola tan larga para votar que todo el mundo estaba de malhumor.