POR EL DOCTOR JUAN ALBERTO YARIADirector del Instituto de Prevención de la Drogadependencia. Universidad del Salvador. e-mail: uds-drog@salvador.edu.ar
Todas las drogas aumentan la dopamina cerebral y ésta es una señal para seguir consumiendo". E. Voss. Neurobiólogo Americano
Lamentablemente en la Argentina con gran impacto mediático se tiende a sesgar el problema de las drogas transformándolo en un problema de educación al consumidor de drogas. Se repite hasta el cansancio que la dificultad está en educar al usador la cantidad que es posible utilizar tomando un modelo burdamente "dietético" como si fuera educar a un obeso para que reduzca la ingesta de sus calorías.
A esto se lo llama reducción de daños cuando en realidad debería llamarse negación de los daños. La negación de los daños parte de la ceguera hacia ciertas realidades incontrastables:
a) El daño a todos los sistemas orgánicos incluido el Sistema Nervioso que ocasiona el consumo de drogas y con consecuencias en el comportamiento y en las capacidades cognitivas, mnémicas, etc.
b) Las alteraciones que en la biología, en la fisiología y en la química del sistema nervioso ocasiona el consumo alterando un sistema de alta perfección como es el sistema de recompensa cerebral que es un enlace de emociones, instintos y del sistema del placer vinculado al sexo, la comida y las drogas. Lleva años volver a un funcionamiento normal de este sistema, siempre y cuando no vuelvan a usarse drogas. Por eso el paciente, para recuperarse, pasa por etapas de "craving" (anhelo irresistible de consumir), recaídas, bulimia, anorexia (todo esto ligado a la alteración de este sistema biológico que las drogas dañan).
c) Hoy sabemos que un consumo continuo de drogas y, especialmente en momentos de evolución y maduración del sistema nervioso, genera daños en el sistema más evolucionado del cerebro que nos distingue de los monos: el lóbulo frontal (sede biológica de las conquistas culturales y educativas del homo sapiens). La mayoría de los adictos ( incluso a la "inocente" marihuana, ya que así es publicitada) tienen daños en este sistema que los discapacita socialmente: trastornos en el estudio, incapacidad de pensar y trastornos en la convivencia y en la aceptación de leyes mínimas de convivencia (incluidas las legales). Vamos a una masividad de discapacitados cerebrales y con un alto índice de conflictos con la ley.
d) Los daños siguen siendo importantes en el llamado doble diagnóstico, o sea el consumo de drogas interviene en la eclosión de enfermedades psiquiátricas. El consumidor de drogas tiene más posibilidades de depresiones severas, suicidios, impulsiones antisociales e incluso de tener trastornos del estado de ánimo (fenómenos alternantes de euforia y manía con depresiones psicóticas) y de trastornos esquizofreniformes, ya que la mayoría de las drogas disocian la personalidad (hoy a muchas drogas se las llama disociativas, como el LSD, la Ketamina).
e) Todas las drogas alteran la capacidad de autoadministración de la persona ya que actúan sobre zonas del cerebro más primitivas y dejan de tener efecto sobre la conducta las zonas más evolucionadas que están en la corteza cerebral (lóbulos frontales incluidos). Por ende, la persona deja de ser libre ya que depende de automatismos cerebrales más primitivos llevándola a un comportamiento casi obligatorio de búsqueda, adquisición y consumo de una sustancia psicoactiva, hecho éste de observación cotidiana.
f) Las drogas, todas, generan tolerancia y abstinencia; o sea, se necesitan cada vez mayores dosis para conseguir efectos similares y, al mismo tiempo, la cesación de la ingesta genera efectos de privación que van desde la angustia hasta el "delirium tremens".
Debemos aprender una lección:
a) los organismos internacionales recomiendan (Naciones Unidas- 1999) "desanimar el uso inicial de drogas". Prevenir masivamente desde las escuelas, las organizaciones comunitarias, las iglesias, las familias y los medios de comunicación el no contacto con las drogas (incluido el alcohol) desde la información, la formación y la capacitación de jóvenes, docentes, padres, etc.;
b) los organismos internacionales recomiendan la detección precoz del consumo y esto lo hará un vecino preocupado por lo que sucede en su barrio hasta un papá con sus hijos; esta detección precoz surge del hecho de que la adicción a drogas es considerada una enfermedad crónica, progresiva y terminal. Hay hechos de personajes públicos que así lo testimonian.
Fuente: diario La Prensa
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