-'El paco', la droga que está destruyendo a la juventud argentina
Ramy Wurgaft
www.notiar.com.ar
A los médicos que atienden la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) de los hospitales, les basta con echar un vistazo para descubrir cuales son los pacientes que vienen intoxicados por el 'paco'. Si tiemblan descontroladamente, vomitan o son agresivos es porque han fumado veinte o más pipas de la droga que se consume más que el pan en los barrios marginales de Buenos Aires.
Hasta el 2008, sólo el 0.9% de las personas que llegaban a las guardias hospitalarias, eran adictos al residuo químico, el más tóxico que queda de la producción de cocaína. El año pasado se halló que el 2.9% de los que recibían atención de emergencia, la habían inhalado seis horas antes, o menos, de llegar al hospital. Los datos que aporta el Observatorio de Adicciones de la capital indican que el paco se ha transformado en la segunda causa, después del consumo exagerado de alcohol, por la cual los porteños deben ser ingresados en las UVI.
El establecimiento que recibió a más adictos en la capital –un 5.9% del total de casos atendidos en el 2009- fue el Piñero, que se encuentra a tiro de piedra de la Villa 1.11.14, uno de los barrios de chabolas más grandes del país.
"El verano pasado, en una sola jornada atendimos a 50 afectados por la droga", dijo a la prensa, un médico que optó por el anonimato. Y es que el paco es una droga que consumen principalmente los chicos pobres, debido a que una bolsita de 30 gramos, suficiente para llenar una pipa, cuesta a lo sumo 10 pesos (cerca de un dólar y medio). El problema estriba en que el efecto de una dosis –la sensación de euforia y placidez- dura solo unos minutos, con lo cual adicto debe consumir entre quince y veinte raciones para no caer en la desesperación.
"Los adultos responden mejor que los menores a los tratamientos de desintoxicación. A los dos meses de empezar a consumir la droga de forma regular, las consecuencias para los chicos son casi irreversibles. Es entonces cuando empiezan a robar a sus propias familias y luego a extraños. El paco destruye las neuronas del lóbulo frontal, que es la zona encargada de controlar los impulsos", explica a ELMUNDO.es, el doctor Guillermo Reinhardt, del hospital Garrahan. Aunque no existen datos precisos, se sabe que en la mayoría de los crímenes cometidos por menores –de seguro en los más aberrantes- interviene el paco.
Para María Eugenia Vidal, ministra de Desarrollo Social del gobierno autónomo de Buenos Aires, el aumento en el consumo de este derivado de la pasta base, va de la mano con el crecimiento de los barrios marginales y su correlato de exclusión social y falta de oportunidades en la vida.
"Tiene que ver con la destrucción del núcleo familiar, que empuja a los niños a buscar marcos alternativos en la calle", explica María Eugenia Vidal.
Para Guillermo Reinhardt, el médico que citábamos, la atención que reciben los adictos en las salas de guardia, sirve en el mejor de los casos para prolongarles la vida.
"Vienen una y dos veces. Cuando dejan de venir es porque ya no tienen que los traiga. O algo peor que eso", concluye Reinhardt.
Fuente: El Mundo (España)
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